Colombia (Septiembre 20 del 2018). Solo en los últimos meses, cientos de publicaciones, artículos y blogs se han escrito sobre cómo utilizar de la mejor forma el poder de la nube para impulsar y mejorar la capacidad de análisis al interior de las empresas, y así mismo, sobre cuáles son las mejores clases y/o tipos de nube para poder hacerlo. La mayoría de estos escritos, sin embargo, emplean un lenguaje demasiado técnico, que lejos de informar y brindar claridad, terminan por confundir y hasta por ahuyentar al usuario final.
Existen muchas definiciones como tipos de nube: locales, públicas, privadas, híbridas…Se podría decir que por cada término o clase de esta herramienta, hay detrás un proveedor específico de servicios en la nube. Por lo que muchos se preguntan: “¿Cuál de todas esas configuraciones es la mejor para mi negocio?”. La respuesta -al menos de entrada- es bastante sencilla: aquella que le permita preocuparse lo menos posible por su implementación y funcionamiento, al tiempo que le ayude a obtener mejores resultados comerciales.
Lo que hay en el mercado:
Las nubes locales (on-premise cloud, en inglés) ofrecen lo último en seguridad y control. El usuario debe proporcionar su huella, el hardware, y los recursos de TI para administrar la infraestructura de este servicio. Por su parte, las nubes de carácter público, si bien no exigen de sus clientes la compra o disponibilidad previa de un hardware para poder funcionar, sí demandan de ellos otra clase de recursos menores para la administración y control pleno del proceso. Además, al ser de uso compartido, esta clase de herramientas suelen tener problemas asociados a la falta de espacio y a las interrupciones ocasionales en el servicio.
Las nubes privadas, como su nombre lo indica, son de uso exclusivo y personalizado de cada cliente. Sin embargo, éstas hacen parte de la infraestructura de un proveedor de servicios en la nube, por lo que el usuario – al igual que en los dos modelos anteriores- debe igual contar con un cuadro de recursos para interactuar con su proveedor y administrar el proceso de forma general. Sin duda, esta clase de nubes siguen siendo seguras, pero limitan la acción de los usuarios en tanto que requieren de un tiempo y planificación considerable a la hora de ralentizar o acelerar los procesos de análisis y organización de datos.
Ahora bien, los llamados Modelos Gestionados en la nube son un tipo especial de servicio en el que el proveedor administra por completo tanto el entorno de nube de su cliente como toda su infraestructura de análisis. Esta clase de servicio (cuya nube puede ser pública o privada, o una combinación de ambas) es ideal para aquellas empresas que no cuentan con los recursos suficientes para implementar o administrar grandes conjuntos de datos, y que no tienen la infraestructura necesaria para realizar análisis profundos y complejos de los mismos.
Pero si hay un modelo que reúne lo mejor de todos los tipos de nube, ése es el híbrido, ya que permite al usuario –de acuerdo a sus propias necesidades- escoger la clase de servicio que desee para su nube, bien sea para ser gestionada o autocontrolada, o de naturaleza local, pública y/o privada (pues permite casi que cualquier formato de combinación en ella). Le corresponde al usuario, entonces, organizar todas las herramientas disponibles de forma tal que trabajen juntas y de manera coordinada, para que cumplan con la demanda y requerimientos de análisis y almacenamiento de datos. Esto, sin duda, ayuda a crear un entorno sin límites que le permitirá al consumidor centrarse exclusivamente en el análisis de datos, sin tener que preocuparse de otras cosas (por ejemplo, en donde residen los datos a los que está accediendo). Además, esta opción permite acelerar o ralentizar los procesos de acuerdo a las necesidades específicas del cliente, con interrupciones mínimas o sin interrupciones, sin tener que contar previamente con una importante cantidad de recursos como en modelos anteriores.
Obtener la nube adecuada para su negocio:
Puede sonar simplista, pero la nube correcta para su negocio es aquella que mejor le ayude a satisfacer sus propias necesidades. No las de su proveedor, ni las de su competencia o de cualquier otra persona. De igual forma, existen ciertas condiciones que deben cumplirse independientemente de la configuración de nube que escoja, y que responden más a una serie de factores comerciales que a cuestiones netamente técnicas.
- Flexibilidad de uso: los usuarios deben tener acceso a todas las herramientas analíticas y de datos que necesiten al momento que así lo requieran, y los recursos de TI en la nube deben ajustarse a su nivel de experiencia y deseo.
- Optimización de la carga de trabajo: cualquiera que sea el tamaño de su conjunto de datos, la infraestructura y naturaleza de la nube que escoja debe optimizar el almacenamiento y acceso a ellos. Dicho acceso deberá ser fácil, rápido y claro para el resto de usuarios, sin importar en donde se encuentren éstos localizados.
- Personalización basada en las necesidades: no olvide que el nivel de control que usted tenga sobre la nube, dependerá tanto de los recursos disponibles, como también, de sus propias necesidades y/o requerimientos de seguridad. Si lo que quiere es tener un control total de la infraestructura, la seguridad y la administración de la nube, su elección será totalmente diferente a la de, por ejemplo, una compañía que desea hacer uso exclusivo de las herramientas de análisis y está dispuesta a ceder el control operacional al proveedor de la nube. Por tanto, no hay que dejar que nadie externo a la empresa determine qué clase de nube es la que necesita. Usted maneja y controla el proceso.
- Modelo de inversión correcto: el porcentaje de control que desee para su nube, así como la cantidad de recursos que esté dispuesto a invertir en ella, determinarán su modelo de inversión. Por ejemplo: si desea centrarse únicamente en el análisis de datos, el modelo gestionado será el más adecuado para usted. Mientras que si lo que quiere es no ceder el control operacional de su nube a un proveedor externo, la nube privada o local es la más indicada. Si desea flexibilidad, un modelo híbrido es su mejor elección. Recuerde: usted determina qué clase de nube necesita, no su proveedor.
En conclusión: la opción correcta de nube para usted es la que mejor se adapte a los resultados empresariales y comerciales deseados, y eso lo determina su presupuesto de recursos humanos y monetarios. Eso es todo lo que importa. No deje que nadie le diga lo contrario.
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