COLOMBIA (Junio 11 de 2019). Ali, una pulsera que contiene un dispositivo que permite recaudar evidencia técnica para las autoridades en casos de agresiones sexuales, resultó el producto ganador en la tradicional Feria de Espíritu Emprendedor del CESA, celebrada el pasado viernes.
Casos como los que han suscitado multitudinarias protestas en Japón, donde jueces reconocieron relaciones sexuales no consensuadas, pero absolvieron a los agresores argumentando que “las víctimas habrían podido ofrecer más resistencia”; o el aumento del registro de denuncias de abuso sexual en el país, en los últimos años; les dieron a cuatro estudiantes del CESA los elementos clave para trabajar en un producto que pudiera servir como evidencia que pudiera ser requerida en este tipo de casos.
De hecho, una de las estudiantes, que trabaja en voluntariado, conoció de primera mano el caso de dos niñas que le contaron haber sido abusadas, y tocar por primera vez el tema con alguien, ni siquiera con personas de la familia. Ello sugiere que el silencio, por miedo a la revictimización o a otras diversas razones, sigue predominando en estos casos.
En efecto, se calcula que en este tipo de casos, en los que más del 80% de las víctimas son mujeres, tres de cada diez no denuncia.
Y sin embargo, hay un aumento de los casos. Según registros manejados por el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, en 2017 ocurrieron 22.871 casos, mientras que el año pasado se formularon 25.043 denuncias, lo que indica un aumento de 9,5 %, correspondiente a 2.172 casos más.
Por estas razones, Beatriz Peña, Laura Arango, María Restrepo y Laura Becerra, estudiantes de cuarto semestre, idearon esta pulsera para ayudar a generar evidencia que permita hacer efectivas las querellas ante la justicia.
Haber escuchado a esas niñas “nos hizo sentir impotencia de no poder hacer nada frente a eso, pero al mismo tiempo un deber moral: la responsabilidad de cambiarles la realidad a ellas, y seguramente a cientos de niñas y mujeres que por distintas razones no han denunciado y viven día a día con esa amargura por lo que les ha ocurrido”, explica Laura Becerra.
Ali es una pulsera hecha de neopreno, un sintético que, aunque flexible, tiene excelente resistencia, por lo que no resulta fácil romper la pulsera.
Esta manilla cuenta con un botón que sirve para activar un dispositivo de audio y video que posee en su interior. El botón se debe mantener oprimido durante tres segundos, y vibra como señal de que ya está en funcionamiento.
El objetivo de la pulsera es reunir una parte de evidencia, en este caso técnica, para ser desencriptada por las autoridades correspondientes.
Para sus creadoras, Ali tiene como espíritu eliminar la revictimización que suponen las denuncias, de un lado y -de otro-, generar evidencia determinante y que no esté abierta a interpretaciones, como ocurrió recientemente en Japón con tres casos.
Las proyecciones de ventas de este brazalete serían de alrededor de un 14 % más año tras año, pero con una curva descendente en el mediano o largo plazo. Y es que según las estudiantes, el producto aportará una evidencia que aumentará las denuncias, hecho que quizás en el largo plazo se convertiría en un aspecto disuasivo para frenar agresiones de estas características, reduciéndose las ventas.
Creamos este producto para que las mujeres agredidas sexualmente tengan esperanza de que se haga justicia, y que ese sea el punto de partida para que salgan adelante en su proceso emocional como víctimas, puntualiza Laura Becerra.